Concluye una Semana Santa de contrastes


Resumen de la Semana Santa de Utrera 2018. Ya ha pasado la Semana Mayor, Utrera cierra la puerta de las capillas e iglesias después de haber paseado por Utrera la devoción y el patrimonio histórico, humano y cultural que posee. Una Semana Santa que a pesar de los cambios, ha dejado un sabor de boca distinto al de siempre, más agridulce que ese sabor clásico y añejo.
Este 2018, el cofrade ha vivido una Semana Santa diferente, ha faltado la ilusión y la niñez del cortejo de la Borriquita, la seriedad de la de los Milagros y nos clavó la estaca en el corazón cuando el Señor, el de la Vereda, se recogía bajo una tromba de agua, la misma que hizo que el Viernes Santo, la Vera Cruz, no concluyese salida procesional.

El Domingo de Ramos, se despertaba raro, la Borriquita nos dejó con ese mal sabor de boca, pues, a pesar de pedir tiempo para retrasar la salida, finalmente y antes de cumplir el tiempo solicitado, decidió suspender su estación de penitencia, se quedaba asi, esa apertura de la semana grande vacía, impidiendo asi que se plantara en la calle, el que iba a ser el estreno de 2018, el paso de la Borriquita que, además, cambiaba la distribución de las imágenes secundarias.
Fue en la tarde del Domingo, cuando la Oración en el Huerto y la Quinta Angustia realizaron su estación de penitencia como siempre, salvando una primera jornada que aspiraba a quedar vacía y sin cofradías.
La primera, como siempre con una puntualidad británica, hacía estación de penitencia con la imagen del Señor de la Sagrada Oración en el Huerto que será intervenido para realizársele la segunda fase de la restauración en los talleres de Fernando Aguado.
La segunda, la de la Quinta Angustia, vivió momentos destacados en la calle Menéndez Pelayo, cuando la utrerana María Moriel, interpretó junto a un violín, un Ave María a la virgen de la Piedad. Una cofradía, que sufrió un percance menor con la corona de la Virgen de los Ángeles y que fue solucionado de manera satisfactoria.

Los sones de Perdona a tu pueblo, Ave María y Caruso de la Agrupación Musical de los Muchachos de Consolación, ponían fin a un Lunes Santo que traía consigo emotivos momentos en esta cofradía del Santuario, como el vivido con los monaguillos a la altura del hogar del pensionista, cuando se le dedicó una levantá en el paso del Señor, o al paso de la calle Cristóbal Colón, cuando la academia Artre, ofrendó en la voz de Rosa Marín y el piano de Claudio Gómez, una saeta al Cristo del Perdón y la marcha Costalero a la Virgen de la Amargura, que llegaba al Santuario a eso de las 3 de la mañana.
Recogida de la Virgen de la
Amargura en la ya madrugá del
Martes Santo

El Martes Santo la hermandad de los Estudiantes ponia en la calle una cofradía puntual, donde el misterio del Cristo del Amor volvió a su andar de siempre, y la Virgen nos dejó uno de los repertorios de mas calidad de la semana. Fue precisamente en el paso de palio de la dolorosa del martes santo, donde lucían dos lazos, el primero, de color blanco y situado en la manigueta, en memoria del pequeño Gabriel Cruz, el segundo de ellos, de color negro recordaba a los salesianos D. Antonio Rodriguez de Rojas y D. Jesús Borrego
.
El Miércoles, llevó con la hermandad de los Aceituneros a Utrera, a una explosión de luz, gracias a sus mas de 600 nazarenos portando su cirio por las calles. Es difícil organizar tal cantidad de nazarenos y mas aún, que la gente esté contenta, por lo que para el público cofrade se hizo un poco pesado esperar a que pasaran todos los nazarenos, ya que aquí en Utrera no estamos acostumbrados a tal volumen de hermanos penitentes; aun así, la hermandad no tardó en pasar mas de una hora, que es un tiempo aceptable para una cofradía utrerana. 

El jueves llegaron los oficios, los trajes de chaqueta, corbatas oscuras, vestidos largos y mantillas. Con ello, llegan las visitas a los altares expuestos en diversas parroquias y capillas y la Trinidad tuvo su peculiar visita al Santísimo en la capilla de los Dolores, tras pasar el arco de la villa, sin incidente material. Este dia, tan especial como el Domingo de Ramos, pero con la compañía de los mayores de la hermandad en el cortejo procesional. Todo un ejemplo de hermandad humilde, que cuando se pone en la calle, no tiene nada que envidiarle al resto y entran en Utrera demostrando su devoción y su fe.
Y tras el derroche de vitalidad trinitario, llegan las cadenas, cruces y el Silencio. Llegó el Redentor Cautivo a las calles mas estrechas de esta nuestra localidad para dar recogimiento a la noche del Jueves, para repartir momento de oración a los cofrades mas añejos y a las penitentas que fielmente le siguen.

El Viernes fue un cúmulo de sensaciones, que empezó por alboreá, saetas, seguirillas, cante
"Selfie" de músicos de las Tres
Caídas del Realejo en la Hdad. de 
los Gitanos
flamenco. Los Gitanos siguieron la linea de estos años atrás, apostando por el respeto, el saber hacer y la seriedad que solo ellos saben llevar con elegancia torera y hechura flamenca. Un cortejo que se ha visto aumentado y que tuvo que recortar su camino -suprimiendo Sevilla, Forcadell y Doctor Pastor- para recogerse antes de tiempo por la previsión de agua en la madrugá utrerana. 

La Hermandad del Jesús,
se echó a la calle al alba del viernes en una decisión arriesgada. Minutos antes de salir la Cruz de Guía, ya había caído una fuerte tromba de agua, pese a esto, la junta de gobierno decidió hacer estación de penitencia.
Todo parecía que iba a transcurrir con normalidad hasta que, una vez salida la Virgen, una leve lluvia caía sobre Utrera y en un alarde de valentía, la cofradía decidió seguir adelante puesto que la previsión indicaba lluvias intermitentes, y esta sería una de ellas. No fue asi y esa llovizna paso a ser un "chaparrón" que hizo que se determinara suspender la salida procesional. La Virgen -que se encontraba a la altura de la portería de los Salesianos- se dio la vuelta y se recogió, mientras que el Cristo -a la altura de Casa Juanito- y que llevaba parado bastante tiempo con la lluvia cayendo sobre la imagen de Marcos de Cabrera, emprendió en una chicotá su recogida en unos momentos tensos en los que no faltaron los sones de la Banda de CC y TT de la Vera Cruz de Utrera que actuó con elegancia e interpretó varias marchas, entre ellas "Madrugá Nazarena" una madrugá nazarena que había truncado el agua.

En la tarde, los sones de la Vera-Cruz se tornaban más trianeros para acompañar a su hermandad en un recorrido que tuvo que acortar su itinerario. El paso del Señor Atado a la Columna, con unos andares propios y que este año han estado marcados por una sutileza que daba más elegancia al misterio, tuvo que recogerse sin despedirse de la multitud congregada en la Plaza del Altozano, como también lo hizo la Virgen de los Dolores en esta adelantada recogida, que estuvo marcada por los sones de la Asociación Musical de la Algaba que interpretó en su recogida Juxta Crucem Lacrimosa y Esperanza de Vida.
Al igual que la anterior decidió concluir con antelación por lluvia su salida procesional, la del Crucifijo de los Milagros no pudo salir a las calles de Utrera para realizar su recorrido que habitualmente, está marcado por la puntualidad.

El broche final lo ponía el Santo Entierro, que volvía a poner en la calle a la Virgen de los Dolores, esta vez, como siempre, ataviada de negro y exorno floral rojo, con una rapidez y puntualidad que caracteriza a esta cofradía que discurrió con normalidad y en la que pudimos disfrutar de un final de Semana Santa como mandan los cánones. La banda de música de La Algaba, que acompañaba a la dolorosa, interpretó a la salida la marcha Cortejo Fúnebre, para el Señor Yacente y para la dolorosa, hizo lo propio con la marcha Dolores y Soledad estrenada la pasada cuaresma y dedicada a esta titular de la Hdad. de la Vera Cruz.

Una Semana Santa como ven, con sus luces y sus sombras, sus momentos de gloria y de tensión, a fin de cuenta, es ahora, en este momento, cuando comienza la verdadera "Semana Santa" de nuestras Hermandades.

Galería fotográfica en el próximo número de la revista de Pasión Por Utrera

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